18 de febrero de 2007

Carlos Di Sarli



"La Cumparsita"


Nadie como él supo combinar la cadencia rítmica del tango con una estructura armónica, en apariencia sencilla, pero llena de matices y sutilezas.
No estuvo enrolado en ninguna de las dos vertientes de su época.
No fue una orquesta tradicional, al estilo Firpo o Canaro.
Tampoco un seguidor de la renovación decareana.
Di Sarli impuso un sello propio, un perfil musical diferente que se mantiene inalterable en toda su prolongada trayectoria.
En los comienzos, su sexteto nos revela la influencia de Osvaldo Fresedo.
Y es cierto, opino que no hubiera habido un Di Sarli si no hubiese existido un Fresedo.
Pero, sólo como antecedente necesario de un estilo que, con el tiempo, se convertiría en un modelo puro, de naturaleza propia y diferenciada.
Fue un pianista talentoso, quizás uno de los más importantes, que dirigió su orquesta desde el instrumento, con el que dominaba la sincronía y la ejecución del conjunto.
En su esquema orquestal no existían los solos de instrumentos, la fila de bandoneones cantaba por momentos la melodía, pero tenía un papel esencialmente rítmico y milonguero.
Únicamente el violín se destacaba de un modo extremadamente delicado, en algún solo breve o en un contracanto.
El piano mandaba de una forma sugerente, con un bordoneo que se hizo marca registrada del maestro, encadenando los compases de la obra y acentuando un ritmo delicado y elegante, especial para la danza.

"A la gran muñeca"

1 comentario:

Maria Ines dijo...

Di Sarli da comienzo a este blog porque fue la orquesta típica que le gustaba a mi padre y en el recuerdo se la pongo para que esta música atraiga a su alma y la haga sentir feliz.